domingo, 24 de mayo de 2015

Nota 1: ¿De qué hablamos cuando hablamos? LA ABEJA COMO ANIMAL DOMESTICO

Nota 1: ¿De qué hablamos cuando hablamos? LA ABEJA COMO ANIMAL DOMESTICO
   Pablo Fernando Müller, Técnico en Gestión y Producción Apícola

De la clasificación que se hace de los seres vivos la abeja se encuentra dentro del reino animal. Dentro de estos animales encontramos un grupo a los que los denominamos domésticos que generalmente son utilizados como compañía del hombre.
Desde que el hombre conoció las bondades de los productos de las colmenas comienza la interrelación hombre-abeja que dista de hace miles de años.
En esta interrelación encontramos dos etapas bien marcadas; la primera donde el hombre era “cazador de abejas”, para obtener la miel  rompía el nido, destruía crías, sacaba todo lo que había sin importarle que a las colmenas le haya o no quedado algo de reserva para substituir. Con este tipo de actividad la colmena que era alcanzada por el hombre difícilmente subsistía, por ello se asocia a la caza como acción de atrapar un animal, en este caso la colmena y servirse de ella. En esta etapa las colmenas se encontraban en lugares alejados, en montes, montañas por ejemplo.
En una segunda etapa hablamos de un hombre – apicultor como “criador de abejas”, donde la atiende y con el fin de facilitar los trabajos comienza a situar las colmenas cerca de sus casas o lugares habitados, sin tener en cuenta que la abeja no es un animal doméstico y por más mansas que parezcan está dentro de ella la actitud de defenderse ante la agresión o peligro externo. Este mecanismo lo exteriorizan con la acción de picar (Se dice picar a la acción de introducir el aguijón).
Algunas abejas son más propensas que otra a defenderse por lo que al trabajar con estas debe como regla general evitarse situar los apiarios:
- a distancia menor a 2 km de zonas pobladas y ejidos urbanos;
- a una distancia menor de 500 metros de lugares de reunión masiva de personas, como ser estadios deportivos, escuelas, cuarteles,  hipódromos, instalación de remates ferias y balnearios;
- a menos de  100 metros de rutas, caminos o lugares de tránsito  y límites de la propiedad.
Una buena práctica para resguardar lugares de circulación es plantar cortinas naturales, pudiendo ser utilizadas para este fin especies de flora de interés apícola.  Se utilizan con buenos resultados por la densidad foliar y por ser sus flores visitadas por las abejas el botón de oro, guandú, diversas clases de crotalarias, por ejemplo. Y sin tener en cuenta el interés apícola podemos usar caña de azúcar u pasto elefante.
                                                   Cortina de Tithonia diveresifolia -botón de oro- del 
                                                    Campo Experimental de Practicas PROCAyPA

La regla que debe primar es “Siempre debe situarse el apiario en lugares que no revistan peligrosidad”

Se puede leer en lugares que a la Apis melífera  la colocan dentro de la categoría de animal doméstico debe tenerse en cuenta que no debe asociarse dicho vocablo a la acepción de doméstico que se le da a otros animales como a los perros.
La colmena es un animal que puede convivir días, meses o años en lugares cercanos a casas por ejemplo, pero un buen día algo sucede en el entorno que hace que las abejas salgan a defenderse y  por lo general ya es tarde para evitarse daños en animales o personas.
En términos de seguridad la mejor acción para evitar accidentes es la prevención, y para no sufrir daños innecesario de las abejas se recomienda realizar medidas preventivas y respetar principalmente las distancia al memento de instalar una colmena. Ante la aparición de enjambres comunicar a las autoridades que correspondan y a apicultores para que vengan a capturarlos y darle el destino correspondiente.

“Cuidemos nuestras abejas”.-

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